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La porcelana fría es una masa muy flexible y maleable que nos permite realizar prácticamente cualquier tipo de artesanía y manualidad.

Los artesanos de Europa y América Latina llegaron a la maleabilidad de la masa flexible, también conocido como "Porcelana Fría", ya que no es necesario quemar en hornos especiales a temperaturas altas, como la porcelana tradicional.

Esta técnica es conocida en todo el mundo, aunque su nombre varía según cada región o país. También se la conoce como masa flexible, pasta francesa, pasta flexible, porcelanicron, porcelana en frío, biscuit, pasta di maíz, cold porcelain entre otros.

La masa de la porcelana fría puede ser comprada (en tiendas de insumo de artesanías o en papelerías) o la podemos elaborar nosotros mismos en nuestro hogar.

Las posibilidades de trabajo que ofrece la porcelana fría son ilimitadas y dependen de la imaginación y creatividad de cada uno.

Las principales herramientas para moldear la masa son, desde luego, las propias manos. Como ayuda para la elaboración de las figuras se pueden emplear también utensilios de cocina, incluso de plástico, u otros elementos cotidianos, tales como bolígrafos, palillos de dientes o llaves. La necesidad y la creatividad, así como la misma práctica, indicarán qué utilizar en cada momento para llevar a cabo el trabajo.

Consejos prácticos para el trabajo con porcelana fría

El trabajo con porcelana fría, como cualquier otra actividad, tiene sus trucos y secretos que se descubren con la práctica. Pero hay también consejos básicos que deben tener en cuenta quienes se inicien en esta actividad. A continuación, se enumeran algunos de los más importantes.

-      El material más apropiado para pegar las distintas piezas de una figura de porcelana fría es la cola vinílica.

-      Para figuras de tamaño más o menos grande, o que incluyen un volumen sólido importante (como un personaje grueso, un coche, etc.), se puede emplear un trozo de poliestireno expandido recubierto por porcelana fría. De esta manera, se ahorra masa y el resultado final es mucho más ligero.

-      Si la masa está muy blanda, se debe dejar al aire libre durante un rato para que se seque. Al orearse y perder humedad, ganará solidez y se podrá trabajar mejor.

-      En caso de que esté demasiado dura, lo que conviene agregar es una cucharada de glicerina, y luego amasar para que esta sustancia se distribuya bien.

-      La masa que no se utilice se debe guardar en recipientes herméticos. Si quedara en algún espacio abierto, el contacto con el aire la secaría y endurecería. Para extremar los cuidados, se puede envolver en papel film de cocina, luego guardar en bolsas como las que se usan para congelar alimentos (o con cierres similares) y, por último, meter estas bolsas en cajas.

-      Si se decide pigmentar antes de moldear, se debe tener en cuenta que la duración de la masa se reduce cuando se somete a este proceso. Por lo tanto, conviene pigmentar solo la cantidad de masa que se tenga intención de usar poco tiempo después.

Cuando se pigmenta la masa, conviene saber también que, al secar, el color adquiere un tono algo más oscuro que cuando está húmedo. Además, hay que procurar no excederse con la pintura, para evitar que el secado ocasione grietas en la masa.